5108265a5af71La multinacional Vale acumula denuncias por contaminación, desalojos, precarización laboral y violación de derechos. El proyecto para extraer potasio en Argentina, el apoyo del Gobierno, la falta de estudios ambientales y el sorpresivo abandono del proyecto. Radiografía de una corporación, reflejo de un un modelo.

Por Darío Aranda

“Es el proyecto minero más grande del mundo”, afirmó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 19 de agosto de 2012, en un acto en Casa de Gobierno, trasmitido en directo por la televisión pública.

Se refería al proyecto Potasio Río Colorado, en Mendoza, en manos de la multinacional minera Vale, muy cuestionado por organizaciones socioambientales de cuatro provincias.

Nueve meses después, en marzo de 2013, cien vehículos pesados (camiones, niveladoras y retroexcavadoras) dejaron el campamento minero en Malargüe (Mendoza). De los 4000 obreros que anunciaba la publicidad empresaria, sólo quedaron cien.

El 9 de abril, en el Salón Azul del Senado Nacional, los directivos de la multinacional informaron que abandonaban el proyecto.

Pérdida de puestos de trabajo, presiones para obtener beneficios impositivos y promesas incumplidas van en línea con el perfil corporativo de Vale, que acumula denuncias por contaminación, precarización laboral, desalojo de campesinos e indígenas, y espionaje a movimientos sociales.

El “progreso” minero al descubierto.

Historia

El viernes 29 de febrero de 2008, en las calles de Godoy Cruz, Rivadavia y San Martín (todos departamentos de Mendoza), cientos de personas se manifestaron “contra la contaminación y el saqueo”. Convocadas por la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza, rechazaban la posible instalación del Proyecto Potasio Río Colorado, entonces en manos de la minera anglo-australiana Río Tinto.

Advirtieron sobre el pasivo ambiental, la posible afectación del Río Colorado (que atraviesa cinco provincias –Mendoza, Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires), el enorme consumo de gas y de electricidad. “Los ingresos para Mendoza (regalías, puestos de trabajo), serían insignificantes en relación a las ganancias de la empresa y al saqueo de nuestros bienes comunes (recursos naturales)”, advertía la Asamblea.

En diciembre de 2008, el Consejo Provincial del Ambiente dictaminó de manera negativa respecto al proyecto minero. Hizo eje en el pasivo ambiental, la rápida extracción de recursos no renovables y la “significativa contribución (del proyecto) al agotamiento del gas de Argentina”. El proyecto en su etapa de extracción requerirá un promedio de 1,5 millones de metros cúbicos de gas por día. Superior al consumo residencial de toda Mendoza (1,2 millones)

El 30 de enero de 2009, la multinacional Vale anunció la compra del proyecto por 1.600 millones de dólares.

En agosto de 2009, el gobierno de Mendoza (mediante la Autoridad Ambiental Minera) autorizó la construcción y producción del proyecto minero.

Una decena de organizaciones (entre ellas la Asamblea por el Agua, la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra y la ONG Oikos Red Ambiental) denunciaron la irregularidades de la aprobación del proyecto y exigieron la revisión de todo el proceso. Al mismo tiempo, la empresa reconocía que dejaría a perpetuidad 120 millones de toneladas de sal (subproducto de la explotación) a pocos kilómetros del cauce del Río Colorado (que atraviesa cinco provincias).

Potasio

“Estuve reunida con el presidente de Vale, una de las más importantes empresas brasileñas mineras, que va hacer una inversión de 5.900 millones de dólares en treinta meses en Malargüe. La explotación se va a hacer bajo todas las condiciones de sustentabilidad ambiental, condición sine qua non, por eso el símbolo es el árbol de la vida y el cuidado del medio ambiente, este granulado de ustedes ven aquí es el potasio con lo cual fertilizamos para ser y seguir siendo uno de los países líderes en materia agroindustrial”, explicó la Presidenta desde al atril, el 16 de diciembre de 2011, durante el discurso de inauguración de las Bodegas Bianchi, en Mendoza.

Cristina Fernández de Kirchner sostenía en la mano un pequeño árbol, emblema del proyecto. “Me prometieron que voy a bajar en helicóptero ya en febrero. Va a afectar a cuatro provincias argentinas. La inversión va a ser además en ferrocarriles, líneas de ferrocarril de carga que van a pasar por Neuquén, por Río Negro, para terminar finalmente en la construcción de un puerto en Bahía Blanca, donde este granulado (el potasio) se va a cargar a granel. Pero además la mina va a estar sustentada por una explotación de gas shale, el famoso gas shale, del que hoy somos el tercer reservorio a nivel mundial en Neuquén. Por eso digo que impacta en varias provincias, fundamentalmente en Mendoza pero también en Neuquén donde se va a perforar y extraer el gas shale; igualmente en Río Negro por donde va a pasar por supuesto el ferrocarril y se va a construir un puerto en Bahía Blanca. Por eso esta inversión hoy me atrevo a decir que es la más grande en todo el mundo en minería”, afirmó la Presidenta. Y el auditorio la acompañó con ovación y aplausos.

Y el discursó cerró autoreferencial: “Les voy a contar una anécdota también. Alguien agregó: ‘¿Sabe Presidenta? ¿Sabe cuál es la identificación del potasio en todo el mundo en la tabla química? La letra K’. Y la verdad que cuando me dijo eso me terminó de cerrar todo, ahí me cerró todo”.

La Presidenta volvió a hablar en público de Potasio Río Colorado el 19 de julio de 2012. El diario Página12 tituló “Un megraproyecto minero en marcha”. Y celebró: “La minera brasileña Vale invertirá 29.500 millones de pesos. El objetivo es producir 4,3 millones de toneladas de potasio por año que servirán para equilibrar el saldo comercial con Brasil”.

El presidente de Vale, Murilo Ferreira, destacó que se crearían 12.000 puestos de trabajo y señaló que “Vale está muy feliz con la potencialidad de este proyecto, que también podrá servir de puente para nuevas oportunidades”.

Cristina Fernández de Kirchner fue la oradora principal: “Queremos agradecer a la gente de Vale que hayan confiado en el país. ¡Porque hay que poner 29.500 millones de pesos, hay que tener confianza en el país, en los fundamentos macroeconómicos de un país para poder hacer semejante inversión! Y quédense tranquilos que eligieron bien, que no se equivocaron”.

Historia oscura

Vale es una empresa fundada en 1942, tiene presencia en 30 países y es una de las principales exportadoras de hierro del mundo (también opera yacimientos de níquel, cobre, manganeso, bauxita, fosfatos, carbón). Y acumula denuncias por vulnerar derechos laborales, violar derechos humanos y contaminar.

Fue denunciada por desalojar de sus hogares a 760 familias campesinas en Mozambique para avanzar con minas de carbón. En Canadá, durante 2009 y 2010, los trabajadores resistieron 18 meses en huelga para protestar contra las condiciones de contrato de Vale, que pretendía reducciones salariales, jubilaciones anticipadas y contratos temporarios. En el estado de Pará, Vale es miembro del consorcio que construye la hidroeléctrica de Belo Monte, denunciada en tribunales internacionales por violar derechos de pueblos indígenas y, con apoyo del gobierno de Brasil, impulsar el desplazamiento forzoso de 40 mil personas.

Son solo algunas del centenar de denuncias que pesan sobre la multinacional brasileña. Incluso, en torno a su accionar, se conformó la organización Articulación Internacional de Personas Afectadas por la Compañía Vale. En abril de 2012 publicaron el “Informe de Insostenibilidad de Vale”, que precisa la vulneración de derechos en Brasil, Canadá, Chile, Nueva Caledonia, Mozambique, Perú y Indonesia, entre otros países.

En 2012, Vale ganó el Premio Internacional Ojo Público (más conocido como el premio “de la vergüenza corporativa mundial”), votado por activistas de todo el mundo y concedido a empresas con graves señalamientos sociales y ambientales. En el ranking de peores empresa empresa, Vale quedó delante de la empresa japonesa Tepco, responsable del accidente nuclear de Fukushima.

Los últimos meses se sumaron dos hechos que van en línea con la historia de Vale. El 16 de abril, familias de Mozambique que habían sido desplazadas por Vale exigían que cumpla con la indemnización acordada (8000 dólares, de los cuales sólo habría pagado la mitad). Vale denunció a los manifestantes y la Policía reprimió con gases lacrimógenos y balas de goma. «La compañía tiene un profundo respeto por los derechos que tienen los ciudadanos a expresarse pacíficamente, de la misma manera que apela al derecho de acceso de miles de trabajadores a sus puestos de trabajo», argumentó Vale en un comunicado de prensa.

El 20 de abril estalló un nuevo escándalo de Vale en Brasil. Un ex gerente (André Almeida) reconoció ante el Ministerio Público Fiscal de Río de Janeiro que Vale hacía espionaje sobre empleados, periodistas y que infiltraba personal en las organizaciones sociales que cuestionan a la multinacional. Almeida se autoincriminó al reconocer que él mismo realizó escuchas telefónicas para vigilar a trabajadores de Vale.

Danilo Chammas es activista de la organización Justiça nos Trilhos (Justicia en los Rieles –organización compuesta por familias afectadas por la traza de un tren de la compañía) afirmó que “Vale ejecuta prácticas de espionaje hacia los movimientos sociales brasileños utilizando agentes del servicio de inteligencia del Estado y valiéndose de algunas de las mismas prácticas de los tiempos de la dictadura militar”.

Y precisó que Justiça nos Trilhos y el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) son dos de los movimientos que padecieron espionaje de Vale, pero advirtió que no son los únicos infiltrados por Vale.

La empresa distribuyó un comunicado en el que se despega de las acusaciones y cuestiona al denunciante (Almeida) por haber sido «despedido por justa causa debido por utilizar la tarjeta de crédito corporativa de manera inadecuada». Sin embargo, Vale reconoce que hace el seguimiento de los movimientos como el MST y la Justiça nos Trilhos pero “sin infiltración de personas”.

Retirada

“Paralización por tiempo indefinido del proyecto Potasio Río Colorado”. La empresa Vale lo confirmó el 23 de enero de 2013. Y de inmediato comenzó un proceso de negociación con tres actores principales: empresa, y los gobiernos de Argentina y Brasil.

La compañía había argumentado la supuesta caída del precio del potasio. En agosto de 2010, cuando la Legislatura de Mendoza aprobó el acuerdo con Vale y la multinacional decidió construir la mina, el potasio cotizaba a 345 dólares la tonelada. En la actualidad está a 400 dólares, 15 por ciento más caro que cuando Vale empezó a construir.

La minera solicitó desgravar el IVA de sus compras y un tipo de cambio especial para girar divisas. Sumada a las ventajas que ya otorgas las leyes mineras sancionadas en la década del 90 y mantenidas en la última década: estabilidad fiscal por treinta años, tope de sólo tres por ciento a las regalías en las provincias (se calcula en base al valor de boca de mina y lo declara la propia empresa sin control del Estado), cinco por ciento de retenciones para minerales procesados (y diez por ciento para los concentrados).

El director global de Vale, Marcio Godoy, habló con el diario Perfil el 9 de marzo en Canadá: “Necesitamos la comprensión del Gobierno argentino para continuar con Potasio Río Colorado. El sector minero demanda, por naturaleza debido al tamaño de sus iniciativas, un tratamiento especial”.

El 11 de marzo, el Gobierno Nacional emitió un comunicado en el que acusó a Vale de “abandonar” el proyecto y de exigir beneficios impositivos por 3.000 millones de dólares.

“Vale y sus accionistas no son mendigos que necesiten ayuda y solidaridad”, afirmó Marcelo Giraud, de la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza, geógrafo y uno de los mayores estudiosos de Potasio Río Colorado. Y brindó cifras en base al informe financiero de la minera: en 2012 Vale distribuyó 6.000 millones de dólares de ganancias a sus accionistas y prevé distribuir, como mínimo, 4.000 millones de dólares en 2013. “No es precisamente una empresa en crisis”, resumió Giraud.

El 9 de abril, Vale anunció que puso en venta el proyecto Potasio Río Colorado.

El 25 de abril, las presidentes de Argentina y Brasil tuvieron una reunión en Buenos Aires. Vale fue parte del temario. Marco Aurelio García, asesor para asuntos internacionales de la Presidencia de Brasil, anunció que “Vale hizo una propuesta que el gobierno de Brasil le informó al gobierno argentino”.

La organización Articulación Internacional de Personas Afectadas por Vale utilizan un eslogan y alertan a sus pares de Argentina: “La fórmula del éxito para Vale es privatizar los ingresos y acarrear los gastos al público, es decir a los demás”.

“No nos Vale”

Políticos de todos los colores y rangos. Empresas de todos los tamaños. Sindicalistas. Trabajadores. Analistas internacionales. Economistas. Cámaras mineras. Todas las voces estuvieron reflejadas en los medios masivos de comunicación respecto a la retirada de vale. Pero quienes menos espacio tuvieron fueron las organizaciones que, ya en 2008, habían alertado sobre la faraónica obra que implicaba Potasio Río Colorado, la contaminación (social y ambiental) y el rol de las transnacionales mineras.

“No nos valen las presiones que el Gobierno de Brasil y su transnacional minera (Vale) hacen a la Argentina y a su Presidenta para no abonar el IVA que todos pagamos por ley, mientras la empresa reconoce haber distribuido en 2012 ganancias a sus accionistas por 6.000 millones de dólares. No nos valen las declaraciones de la presidenta Cristina Fernández, que sólo aspira a equilibrar la balanza comercial con Brasil, aunque sea a costa de exportar y agotar rápidamente nuestros bienes comunes no renovables”, comienza un comunicado de trece organizaciones sociales de cuatro provincias (Mendoza, Neuquén, La Pampa y Buenos Aires), en marzo último, y recuerda que el proyecto minero “nació y sigue en conflicto con nuestras comunidades. No fue evaluado y aprobado de manera integral, sino de manera fragmentada y aún incompleto. Hemos advertido los riesgos para las aguas del río Colorado (que atraviesa cinco provincias)”.

Firmado por las mendocinas Asamblea Popular por el Agua, Oikos Red Ambiental, asambleas de vecinos de San Carlos, Alvear, Tunuyán, Tupungato, Uspallata, Maipú, Luján de Cuyo, Las Heras y Guaymallén. De La Pampa figura la Asociación Civil Alihuen. De Neuquén el Foro Permanente por el Medio Ambiente (Foperma), Fundación Ecosur y La Brecha. De Buenos Aires la organización Aukan y el Observatorio Petrolero Sur.

Las organizaciones recordaron que Vale es “una de las peores empresas del mundo por sus conflictos laborales, daños ambientales y violaciones a los derechos humanos” y cuestionaron la profundización del modelo extractivo: Potasio Río Colorado necesita de gas no convencional neuquino (mediante la cuestionada técnica de fractura hidráulica o “fracking”) y que el potasio obtenido será para avanzar con el modelo de agronegocios (deforestación mediante) sobre la Amazonia brasileña.

Reclamaron que se suspenda el proyecto minero, se indemnice a trabajadores y pequeñas empresas locales “no partícipes de grandes negocios” y exigieron que se cumpla la resolución de 2010 de la Defensoría del Pueblos de la Nación que instó a la Secretaría de Ambiente de Nación a realizar el “análisis de los impactos ambientales integrales, acumulativos e interjurisdiccionales del emprendimiento minero”.

Por sobre todo, las organizaciones exigieron debatir el modelo. Pero no encontraron respuesta en corporaciones ni gobiernos.

* Artículo publicado en mayo de 2013 en el Periódico de CTA 94 (http://issuu.com/periodico-cta/docs/periodico-cta94?e=8261434/2490379)