Por Darío Aranda
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) es el mayor espacio continental que reúne a campesinos, indígenas y trabajadores del campo. Cada cuatro años la CLOC renueva su Secretaría Operativa. Este año, por primera vez, la conducción quedó bajo responsabilidad de argentinos: Diego Montón y Deo Carrizo, ambos del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI). En el Día Internacional de la Lucha Campesina, Diego Montón repasó las luchas del continente, el papel de las multinacionales y los gobiernos, y los desafíos en la Argentina.
–¿Cuáles son los problemas comunes en la región?
–La agudización del modelo extractivo, de saqueo minero y avance agroindustrial. Con lamentables pérdidas humanas en todo el continente. Se subordina la agricultura a la lógica de las multinacionales. El acaparamiento de tierras, los procesos de reforma agraria frenados, el avance de nuevas semillas transgénicas y el uso de agrotóxicos de manera indiscriminada. Y es cada vez más notoria la pérdida de autoabastecimiento de alimentos. En Brasil y Argentina los asesinatos de campesinos comienzan a ser más frecuentes.
–¿Cuál es la estrategia de la CLOC?
–Articular todas las luchas que ya existen, continentales y locales, fuerte apuesta a la comunicación, desarrollo de la autodeterminación política, apostar a la diversidad continental. También la formación, con escuelas e institutos. Y la articulación con otros movimientos sociales.
–¿Cómo interpretan que sea en este momento político de la región cuando más avanza el modelo extractivo?
–Falta que se consoliden nuevos proyectos de desarrollo. Existe una gran colonización y tiene que ver con la enorme fuerza del capitalismo en el continente. Los gobiernos, en su gran mayoría, no han logrado provocar cambios estructurales en las instituciones, en los Estados, y la dinámica de acumulación del capital les sigue siendo afín. Nuestra estrategia global debe romper esas dinámicas y lograr cambios estructurales. Desde la CLOC planteamos una lucha frontal a la ofensiva de las transnacionales, pero también las alternativas: agroecología, soberanía alimentaria, reforma agraria integral.
–El 17 de abril es el Día Internacional de la Lucha Campesina, en conmemoración del asesinato de 19 campesinos en Brasil. ¿Cómo lo conmemoran?
–Se harán movilizaciones en todo el continente y en todo el mundo, ya que es una jornada de lucha internacional de la Vía Campesina. El MNCI moviliza en diez provincias, con distintos tipos de actos, y también habrá marchas a la Embajada de Paraguay en reclamo por la liberación de los presos políticos de la Masacre de Curuguaty, donde no hay ni policías ni funcionarios imputados, pero sí campesinos presos, incluso una compañera embarazada.
–Hace dos años, un 17 de abril, fue la primera vez que organizaciones campesinas presentaron en el Congreso nacional el proyecto de freno a los desalojos. Tuvo apoyo de muchos sectores, muchos del oficialismo. ¿Por qué no se aprobó?
–En el Parlamento no ha habido convencimiento, probablemente en el Ejecutivo tampoco, porque si no se hubiera aprobado. Pero valoramos el espacio amplio que armó esa ley y que incluso instaló el tema de la tierra en el Parlamento.
–En ningún caso de asesinatos en el campo hubo condena de funcionarios de primera línea. ¿Cómo entienden ese silencio y la alianza del Ejecutivo nacional con gobernadores que ustedes cuestionan en las provincias?
–Tiene que ver con la dinámica de la democracia y la política de hoy. El sistema institucional no se construyó sobre valores éticos que son los que nosotros defendemos. Y cuando se entra en la disputa del poder del Estado hay reglas que no se dicen pero que tienen que ver con esa dinámica de construcción de poder electoral. Con el asesinato de Cristian Ferreyra tuvimos la solidaridad de mucha gente del Gobierno. También es cierto que ni la Presidenta ni ministros se expresaron públicamente sobre el tema. Y tiene que ver con las alianzas electorales.
–En los comunicados del MNCI queda explícita la denuncia a las corporaciones extractivistas. ¿Cuál es la caracterización que hacen del Gobierno?
–Creemos que este gobierno ha sido un avance. La integración latinoamericana, los derechos humanos. Sin embargo, en la política agropecuaria y el uso de bienes naturales el Gobierno está condicionado por los intereses de la coyuntura inmediata y por el desarrollo de planes como el PEA (Plan Estratégico Agroalimentario), donde gran parte de la academia y la ciencia proclaman y difunden las políticas de las transnacionales. Desde el Ministerio de Ciencia se impulsan cada día cosas más aterradoras, la bioexportación, formas de “economía verde” que son mercantilizar la naturaleza en beneficio de las corporaciones. Hay una gran contradicción del Gobierno y esa contradicción comienza a aflorar, dentro y fuera del Gobierno.
–¿Cómo interpretan esa contradicción?
–Es sostenido el aumento del precio de los alimentos y que sólo se resolverá modificando el modelo, con soberanía alimentaria. El rol geopolítico como proveedor de commodities, el uso indiscriminado de agrotóxicos, el desmonte masivo, la expulsión de campesinos, el crecimiento de ciudades superdesequilibradas. Son todos límites que hay que cambiar. Con el modelo extractivo de megaminería y agronegocios no se puede profundizar la democracia.
* Artículo publicado en el diario Página12 el 17 de abril de 2013 con el título “Cambiar el modelo”